Sardina común - Oceana Chile

Sardina común

Sardina común

Una pesquería clave para los ecosistemas

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Resumen general

La pesquería de sardina común (Strangomera bentincki) y anchoveta (Engraulis ringens) se desarrolla entre los 33°S (Región Valparaíso) y los 42°S (Región de Los Lagos), siendo los principales puertos de desembarque: San Antonio (Región de Valparaíso), Talcahuano, Coronel y San Vicente en la Región del Biobío, Corral (Región de Los Ríos) y Calbuco (Región de Los Lagos).

La pesquería de la zona centro sur de Chile se caracteriza por ser una pesquería mixta, dado que ambas especies se relacionan estrechamente por una importante interacción biológica y tecnológica.

La sobreposición de hábitats, sus características biológicas, ecológicas y pesqueras, no permiten la operación selectiva sobre uno de ellos en particular; adicionalmente, la segregación no es económicamente importante para el sector productivo, ya que ambas especies tienen el mismo uso principal: se orientan primordialmente a la reducción, esto es, a la transformación industrial de estos recursos en harina y aceite de pescado.

En biomasa extraída, la pesquería de estos peces ha constituido la mayor de la zona centro-sur del país durante los últimos veinte años, con desembarques conjuntos en el rango de doscientas mil a novecientas mil toneladas anuales. Luego de la crisis de la pesquería del jurel (Trachurus murphyi) en la década de 1980, esos recursos se convirtieron en la materia prima principal para la industria de reducción y, a pesar de la producción marginal de otros productos (conservas, ahumados, carnada, etc.), su destino principal continúa siendo el mismo. Para este propósito, las plantas de proceso se abastecen de recurso extraído con red de cerco, principalmente por embarcaciones artesanales (con predominio en desembarques de lanchas de 15 a 18 mt de eslora), y secundariamente por embarcaciones industriales, estas últimas usualmente de propiedad de las mismas empresas que operan las respectivas plantas.

La sobrepesca, el subreporte, el blanqueo, la manipulación de inventarios y otras prácticas ilegales son reconocidas por diversos actores de la pesquería, llegándose a plantear que los niveles de extracción alcanzan al doble (o más) de los anualmente autorizados, y/o a lo que muestran las estadísticas oficiales. Como esto afecta fuertemente la capacidad de manejar adecuadamente la pesquería y mantener su sustentabilidad, se hace necesario reconocer, cuantificar, neutralizar y minimizar las falencias en la administración de la pesquería.