Protección de hábitats marinos - Oceana Chile

Protección de la alta mar

El ecosistema más extenso del mundo

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Mar de Pisagua

La primera área marina protegida del norte grande

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Katalalixar

Territorio kawésqar que debemos proteger

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Archipiélago Humboldt

Uno de los ecosistemas más ricos del mundo hoy está bajo amenaza

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Protección de hábitats marinos

Una de las grandes riquezas de nuestro país es su ecosistema marino. Por ello, Oceana se ha enfocado en proteger lugares que representan un hábitat único y que se ven amenazados por actividades económicas nocivas como la pesca de arrastre, la salmonicultura, las centrales termoeléctricas o la minería.

Una extensa y larga costa, de 4.300 kilómetros de longitud, influenciada por la Corriente de Humboldt, así como la presencia de numerosas y extraordinarias islas oceánicas, hacen de Chile un país rico en ecosistemas marinos, con una de las productividades biológicas más altas de todo el mundo.

Por sus características particulares, así como la presencia de diferentes especies endémicas o en categorías de conservación, es que numerosos de estos ecosistemas marinos presentan un alto nivel de vulnerabilidad. Por ello, Oceana se ha enfocado en proteger lugares que representan un hábitat único y que se ven amenazados por actividades altamente dañinas como la pesca de arrastre, la salmonicultura, las centrales termoeléctricas o la minería.

Basados en la información científica, y junto a las comunidades que habitan estas zonas excepcionales, Oceana ha trabajado en los últimos años en impulsar políticas que ayuden a la protección de estos ecosistemas marinos únicos en el mundo, logrando la creación de los parques marinos Motu Motiro Hiva, Nazca Desventuradas y Mar de Juan Fernández, además de las áreas marinas costeras protegidas Caleta Tortel, Mar de Pisagua y Archipiélago de Humboldt. Conservar estos lugares hoy, significa proteger el medio ambiente para las futuras generaciones.

Pese a esto, Chile tiene una gran deuda con la conservación de zonas costeras continentales, algunas de ellas muy ricas en biodiversidad y que están amenazadas por proyectos industriales de alto impacto como la minería, los megapuertos, la salmonicultura y la pesca industrial.

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