abril 13, 2023
El Niño y La Niña: ¿cómo impactan a los ecosistemas marinos y a las pesquerías de Chile?
BY: Matthias Gorny
Topics: Recuperando las pesquerías
- Ambos afectan la productividad, biodiversidad y composición de las especies, especialmente en las aguas costeras
- La magnitud de los impactos y la extensión geográfica depende de la intensidad del fenómeno
El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) o popularmente conocido como El Niño y La Niña son anomalías extremas relacionadas con la temperatura superficial en el Océano Pacífico ecuatorial. El primero ocurre cuando aumenta la temperatura del mar frente a la costa de América del Sur principalmente entre Ecuador hasta el norte de Chile y con ello, las precipitaciones, mientras que durante La Niña se enfrían las aguas costeras.
Impactos en los ecosistemas marinos
Durante El Niño se produce una disminución de la productividad del plancton en los ecosistemas marinos de Chile continental resultando en condiciones desfavorables para el zooplancton, larvas, invertebrados y peces pelágicos que se alimentan del plancton. Dependiendo de la magnitud de la anomalía, los mamíferos y aves marinas podrían sufrir por la falta de alimento en el mar en la fase de calentamiento, debido a migraciones de especies como la anchoveta o sardina hacia aguas más frías y nutritivas alejadas de la costa. Si se produce un fenómeno de El Niño fuerte, la temperatura del mar aumenta tanto en el norte como en la zona centro sur de Chile (tabla 1); si se trata de El Niño costero, la temperatura aumenta moderadamente y las consecuencias ecológicas son menos fuertes.
Al contrario, durante La Niña, aumenta la surgencia de aguas frías, la producción primaria de microalgas y del zooplancton, lo que favorece la reproducción de peces y de invertebrados y el incremento en la biomasa de krill, alimento importante para distintas especies, entre ellas, las ballenas.
Tabla 1 Efectos positivos y negativos de ENOS en los ecosistemas marinos de Chile (Fuente FAO*).
Impactos en las pesquerías
Las oscilaciones en la temperatura del océano tienen distintos efectos sobre la distribución y biomasa de recursos pesqueros bentónicos y pelágicos; afectan el esfuerzo pesquero, alteran zonas de pesca y la composición de lo que se captura. Sin embargo, las oscilaciones entre El Niño y La Niña no juegan un rol extremadamente importante en la dinámica de los peces pelágicos si lo comparamos con cambios en el océano en el largo plazo, como, por ejemplo, los efectos del cambio climático y la sobreexplotación pesquera.
Cuando se produce La Niña, es decir, enfriamiento del océano, especies pelágicas como la anchoveta se ven beneficiadas. En contraposición, cuando ocurre El Niño, el calentamiento del océano beneficia a algunos recursos bentónicos como ostiones o machas, pero no así a los bosques de macroalgas y a pesquerías de importancia económica como la anchoveta y la sardina. Por esta razón, es crucial mantener las poblaciones de algas y peces sanas para que estas oscilaciones no produzcan el colapso de estos recursos.
La anchoveta (Engraulis ringens) prefiere las aguas frías y nutritivas cerca de las costas donde ocurre la surgencia. Por lo tanto, cuando ocurre el fenómeno de El Niño, esta especie se aleja de las costas en busca de aguas más frías, migrando hacia el sur, dificultando la pesca de este recurso, especialmente para la pesca artesanal en el norte de Chile. La sardina, por su parte, frecuenta zonas donde se mezclan aguas frías con aguas más cálidas, es decir más alejadas de las costas en comparación con la anchoveta, por lo tanto, se ve menos afectada por El Niño. Sin embargo, si se produce un calentamiento fuerte, es posible que cambie su comportamiento y también migre más al sur.
La escasez de plancton durante un episodio fuerte de El Niño afecta el desarrollo de larvas y, en consecuencia, el reclutamiento, es decir, nuevas generaciones de anchovetas y sardinas. Además, se producen cambios en la composición de las microalgas (como en 1982-83) que afectan en forma negativa la sobrevivencia de larvas, no solo de peces, sino que también de invertebrados.
¿Qué pasa con la merluza?
Para la biomasa de peces demersales, aquellos que viven en aguas profundas cerca del fondo marino, como la merluza común (Merluccius gayi gayi), los impactos de El Niño son levemente positivos, mientras que, durante La Niña, son levemente negativos.
La merluza es un pez depredador que se alimenta de peces pelágicos como la anchoveta o la sardina, pero es capaz de cambiar su conducta, alimentándose durante El Niño, tanto de crustáceos como de peces. Además, hay evidencia de que frente a eventos fuertes de El Niño se favorece el reclutamiento tanto de la merluza común como de la merluza austral y se produce un cambio en su distribución geográfica, acercándose más a la costa.
Macroalgas y moluscos
Durante La Niña, por lo general, los efectos sobre las especies bentónicas de aguas costeras son más bien positivos por la alta disponibilidad de nutrientes y por las aguas bien oxigenadas, mientras que durante eventos de El Niño hay especies que se ven beneficiadas y otras perjudicadas.
Entre las segundas, se encuentran las macroalgas como el huiro flotador (Macrocystis pyrifera) y el huiro palo (Lessonia trabeculata) que sufren durante los eventos de calentamiento debido a la falta de nutrientes y temperaturas elevadas. Crustáceos como la jaiba limón (Cancer porteri) también se ven afectados por la falta de nutrientes y de oxígeno, pero migran hacia aguas más profundas y se alejan de la costa, perjudicando a los pescadores artesanales.
Para algunos grupos de moluscos se observaron impactos positivos de El Niño en algunas zonas geográficas, por ejemplo, en ostiones y octópodos. Durante los episodios de 1982-83, 1991-92 y 1997-98, se evidenció un drástico aumento en la biomasa de ostiones (Agropecten purpulatus) en el norte de Chile y sur de Perú, sin embargo, en el norte de Perú, las poblaciones colapsaron.
En otras especies como las machas, los efectos dependen de las zonas geográficas y de la intensidad de los eventos. La biomasa de machas (Mesodesma donacium) disminuye poco durante El Niño costero y drásticamente durante episodios más fuertes, como ocurrió en 1982-83 en Perú y en el norte de Chile, pero aumentó en el sur de Chile, alrededor de Valdivia.
Tabla 2. Efectos de distintas categorías de El Niño y de la Niña para recursos típicos de Chile. Los efectos incluyen biomasa, estructura y biología de las poblaciones). Fuente: FAO*.
En resumen, las poblaciones o cardúmenes de recursos pesqueros pueden aumentar o reducirse drásticamente, hasta incluso colapsar. Por otro lado, se pueden generar temporalmente pesquerías nuevas por la presencia de especies que comúnmente, en condiciones neutrales, no forman parte de nuestros ecosistemas marinos. Algunos ejemplos son el atún de aleta amarilla (Thunnus albacores), el bonito (Sarda chilensis), el pez delfín (Coryphaena hippurus) o el calamar volador gigante (Dosidicus gigas), todas especies que siguen las corrientes de aguas más cálidas hacia la costa durante un evento de El Niño.
Hay efectos indirectos que aún no han sido cuantificados, como por ejemplo en momentos de sequía, cuando los ríos ya no desembocan en el mar, la pérdida de nutrientes acarreadas por las lluvias desde la tierra, o el efecto de las marejadas cada vez más recurrentes, pero esa es una historia que estamos estudiando para contarles en un futuro cercano.
Fuentes:
Bertrand, A., Lengaigne, M., Takahashi, K., Avadí, A., Poulain, F. & Harrod, C. 2020. El Niño Southern Oscillation (ENSO) effects on fisheries and aquaculture. FAO Fisheries and Aquaculture Technical Paper No. 660. Rome, FAO. https://doi.org/10.4060/ca8348en y numerossas citaciones en el texto.
Arntz W.E. & E. Fahrbach.1991. El Niño: experimento climático de la naturaleza. Causas físicas y efectos biológicos. Birkhauser Verlag, Basel: 264 pp.